viernes, 21 de diciembre de 2007

REQUIEM PARA UNA AMANTE




Yo no fui el primero en su vida; la tome de alguien que ya no podía con ella. Fuimos amantes por varios años; ella era de esas que no exigen nada, de las que nunca te estorban. Siempre estaba dispuesta a recibir mis caricias y a vivir con migo el momento. No pretendía que yo cambiara, y jamás fabricó expectativas. Me aceptaba como soy y siempre estaba con migo en llantos o alegrías.

Era mi amiga, comprendía mi sentir y me esperaba en silencio. Con un leve toque sabía si yo estaba triste, o si había llegado alegre, nunca se quejó de nada y se conformaba con tan poquita cosa: sólo unas cuantas caricias.......apenas el roce de mis dedos.

Jamás logré sacar lo mejor de ella, no le di más que penas y desconsuelos, y nunca la sentí tan viva como en aquellos tiempos cuando eran con otro sus amores. Él si sabía como amarla, juntos reían y cantaban. Conmigo siempre lloró, y ahora que puedo cantar alegrías, ya no está más a mi lado.


viernes, 14 de diciembre de 2007

FILOSOFÍA DE VIDA Y OTRAS DIGRECIONES




Yo busco mi propia fórmula para la vida, convencido de que esa fórmula es diferente para cada uno, y no universal como el molde que pretende vendernos la posmodernidad. El colectivo espera (y en algunos casos exige) que me ajuste a ese sentido tan transeúnte de lo “correcto”, con el único argumento del “porque así tiene que ser”, lex dura lex a la que hay que someterse si se quiere seguir integrado al rebaño. Me exaspera que la gente se de pie para imponerme sus clichés y convencionalismos, fundamentándose en su personal concepto del ying yang; ya lo dijo Zaratustra: “He viajado por todo el mundo y no he encontrado palabras más poderosas que bien y mal”. ¡Cuánto sometimiento se puede imponer a los hombres con ese par de vívoras!

Seguramente los que suelen quemar incienso a todas las reliquias del santuario de lo establecido, me condenarían a morir en la hoguera por mi terrible atrevimiento a ser “diferente” y por el exotismo de pretender describir tan insolentemente los "efluvios invisibles de mi alma". Y es que, mientras más diferente me ven, mas horror les causa darse cuenta de lo idénticos que somos. Es eso, y no otra cosa, lo que me ha convertido en un ser solitario a quien algunos románticos llaman peyorativamente “vividor de recuerdos, fantasías y sueños”, y otros, con menos poesía y encanto, llaman “desadaptado”.


miércoles, 5 de diciembre de 2007

POR UN SUEÑO



Padeciendo del síndrome del “todolopuedo” había hecho, a muy temprana edad y en soledad, mi primer viaje a USA. Serían las nueve de la mañana cuando Carmen, camarera del hotel, llego a mi habitación para limpiar el lugar. Tímidamente se confesó paisana mía; me contó que no tenía "papeles", que era licenciada en administración pero que trabajaba de día en el hotel y por la noche en una factoría. La vida de Carmen en la alegre Miami podía describirse en tres palabras: triste, solitaria y estrecha. Su rostro pálido, demacrado y huesudo, dejaba ver el dolor que le causaban la distancia y la ausencia. En un gesto solidario le pedí que cada vez que llegara para hacer la limpieza, tomara lo que quisiera de la mini-refrí que estaba en mi habitación. Ella agradeció sentidamente mi oferta, pero nunca tomo nada. Lo único que pude hacer por ella fue traer, a mi regreso, alguna encomienda para sus padres, con quienes llegue a entablar una bonita amistad.


Varias veces visité a mi paisana en la Florida, llevándole desde cartas de su familia, hasta una caja con su pollo frito favorito. Carmen hizo grandes esfuerzos para aprender el idioma, tras años de vivir con el temor a ser deportada se acogió a una amnistía migratoria que le permitió la residencia legal; estudió mientras trabajaba, se casó con otro luchador como ella, obtuvo la ciudadanía, llego a ser administradora de varios hoteles, y un día regresó a Guatemala para llevarse con ella a esos viejitos que jamás desamparó. Carmen hizo lo que parecía imposible; realizó su más grande sueño.


Desde este teclado quiero expresarle mi respeto y admiración a Carmen y a todos aquellos que –parafraseando a Coelho- “tomaron la difícil decisión de abandonar, por un sueño, todo lo que habían obtenido”


martes, 4 de diciembre de 2007

FUE INEVITABLE AMARLA

Un bote de remos y el lago de Amatitlán (en las afueras de ciudad de Guatemala) atestiguaron nuestra primera cita. (fantástica foto tomada a orillas de ese lago, por Villa Sams)

Que preciosa, inteligente y detestable me parecía ella. Se sabía mujer bonita, y como tal se comportaba; su figura, totalmente irresistible, me dejaba literalmente sin aliento; su rostro armonioso y su cabello color de trigo, me irritaban por ser tan bellos; pero eran esos ojos, con su mirada insolente, los que me atemorizaban: algo me decía que si no ponía cuidado iba a quedar irremediablemente atrapado en ellos.

Lo confieso: verla de cerca me ponía de mal genio, sin embargo esperaba con ansias el momento de recetarme “las peores pulgas” con tal de no negarle ese placer a mis ojos. Sin hacerme notar prestaba cuidadosa atención a sus movimientos, expresiones y detalles: me fijaba en sus zapatos, en los accesorios que usaba, en sus vestidos –y especialmente en lo que estaba contenido en ellos- Nunca entendí porque aplicaba mi más fina y maquiavélica técnica de conquista (la indiferencia), si a pesar de gustarme tanto, no quería nada con ella. No me agradaba, esa es la verdad, y lo escribo así, sin ninguna pena.

Una noche entre diciembre y año nuevo tomé la decisión de intentar sobrevivir, buscar tierra firme después de mi naufragio, darme la oportunidad de volver a ser feliz...... y pensé en ella. Me atreví a acercarme: la llamé, salimos algunas veces, compartimos nuestras historias, congeniamos, la pase maravillosamente...... me encantó por ser como era y no como la había imaginado. La noche en que nos hicimos novios, más que románticos fuimos honestos en cuanto a lo que sentíamos. Su sí, me llenó de esperanza, a su lado me sentí nuevamente vivo, y al besarla, de mi corazón surgieron tres palabras: “Será inevitable amarla”.