jueves, 14 de agosto de 2008
SUEÑOS PERDIDOS
miércoles, 23 de julio de 2008
¿TE ATREVERÍAS?
No sé cómo descorchamos el vino... ese Pinot Noir chileno, que se te fue a la cabeza, haciendo que te rieras a carcajadas de la rabieta que hice, furioso conmigo mismo por haberlo echado todo a perder.
¿Sabes una cosa? Me gustaría repetir ese día...... Pero esta vez trataría de hacer las cosas correctamente, sin olvidar nada, para que todo saliera a las mil maravillas....... Pero si de nuevo metiera la pata y no pudiera encender el fuego, abrir la lata o descorchar el vino, no me importaría....... Con tener a la mano cualquier cosa que sustituyera a mi viejo Volks Wagen, y que tu y yo, mientras escuchamos el sonido de la lluvia, expusiéramos la piel al frío para empañar con nuestro calor los cristales, como tantas veces lo hicimos, daría por dichosa y más que bien vivida la experiencia.
sábado, 10 de mayo de 2008
OBSTINACIÓN
Ella era temperamental e indómita; tenía un rostro precioso y el cabello negro y largo más bello que he visto en la vida.... pero eran sus ojos color marrón los que, a pesar de su mirada insolente, me hicieron perderme en la poesía con que el creador dibujó a la mujer.
Su ansiado “Sí” transformo mi cumpleaños (15 de mayo, hace ya 32 años) en uno de los más gratos que recuerdo, pero nuestro romance no sobrevivió a la guerra que libramos como un par de testarudos que nunca supo ponderar el amor, porque nuestros encuentros casi siempre fueron eso: ahogar el amor en orgullo y tragarlo sin mostrar dolor. Si no fuera por el recuerdo de su olor a lluvia y el de la electricidad que creábamos con el roce de nuestras manos, o el del fuego que surgía entre nosotros con la simple proximidad del beso, no sería capaz de comprender el sinsentido con que ambos arropamos ese sentimiento insufrible que tan obstinadamente quisimos llamar amor.
“El hombre es celoso si ama; la mujer también, aunque no ame”. –Kant-
sábado, 5 de abril de 2008
PESCADOR ARTESANO
A punto de romper el alba, después de varias horas de intensa lucha, Rosendo exploto en risa, y yo reí con él a carcajada suelta: un mero de más de 50 kilos yacía exhausto sobre la arena. El viejo Rosendo había ganado a pulso el sustento de su familia, y yo había ganado una experiencia memorable, un par de kilos de pescado fresco, y la amistad invaluable de un humilde pescador artesano.
jueves, 27 de marzo de 2008
ROSTRO INERTE
Manejaba esa noche sin poder concentrarme. La carretera siempre había sido una mala consejera; la monotonía de esa línea blanca me conducía a los más absurdos soliloquios: ¿Éramos acaso un par de enemigos acérrimos pretendiendo inventar una nueva forma de amor? No, no llegábamos a tanta cosa, sólo éramos la intersección de un estúpido obsesionado por una mujer perversa, y una mujer perversa que jugaba con la obsesión de un estúpido.
Me detuve en mitad del largo trayecto; un jeep había caído de un pequeño puente. Se encontraba volcado sobre un riachuelo que serpenteaba en la amarilla vastedad de un cañaveral que esperaba la zafra. El conductor, un hombre joven, había quedado atrapado con medio cuerpo fuera del vehículo, se encontraba boca arriba, sumergido en apenas unos centímetros de agua. Mientras la gente ingeniaba poleas y palancas, yo lo observaba: los ojos abiertos con expresión de haberse dado por vencido mientras que el agua corría mansamente sobre su rostro. De pronto vi con claridad que ese rostro era el mío. La superficie estaba tan cerca, pero me encontraba atrapado por un extraño sentimiento: un amor terriblemente infectado con odio, por el que estaba dispuesto a basurearme a mí mismo. Me había dado por vencido...... yo era ese hombre que mis ojos veían inerte.
“Uno no se ahoga por caer al agua sino por permanecer inmerso”.
sábado, 16 de febrero de 2008
PROMESA ROTA
El avión daba indicios de haber estado funcionando correctamente, por lo que todo hacía pensar que Martín se desorientó debido al mal tiempo. Fue imposible determinar si murió al impacto, o quedo gravemente herido después del accidente; lo único evidente -cualquiera que haya sido el caso-, es que el malogrado piloto pasó sus últimos momentos viendo esa fotografía laminada de su esposa e hijos a la que, 12 años después, aún se aferraban sus huesos.
viernes, 25 de enero de 2008
A CIELO ABIERTO
El viento aplasta las pequeñas gotas de lluvia contra las transparencias de este agobiado aparato, obligándolas a esparcirse bajo su enorme presión; está demás poner a funcionar los limpia brisas, la visibilidad igual seguiría siendo cero.
El momento de encontrarnos con el cielo abierto por fin llega, el techo gris y lluvioso ha quedado atras, y con la visión encantadora de este inmenso azul, se asoma desde los confines de mi alma un sentimiento sublime y el pensamiento que le acompaña es inevitable: ¿Porqué suelo olvidar que sobre el estrato tormentoso que rodea con tanta frecuencia la vida, se abre invariablemente un cielo diáfano, dotado de tan extraordinaria belleza?
Pronto habrá que iniciar el descenso; se hará necesario penetrar nuevamente ese caótico espacio, el instinto de supervivencia me jugará de nuevo sus consabidas bromas, sudaré copiosamente sus fríos, pensaré intensamente en las personas que amo y le daré gracias a Dios porque siempre hay tormentas, como ésta, que tienen el poder maravilloso de condimentar tan sabrosamente hasta la más intrascendente vida.
martes, 8 de enero de 2008
LADY D´ARBENVILLE
¿Que ya la oí cuántas veces? No importa, quiero oírla una vez más; "On the radio" de Dona Summer, esa es la canción que sonaba en la navidad del 80, 00:05 a.m. el momento exacto en que me cambiaste, no por él -eso lo hubiera comprendido- sino por la riqueza. La escucho de nuevo y no siento nada, ningún dolor o tristeza, sólo el recuerdo de lo que, por fortuna, nunca llegó a ser. "La ciudad de los vientos" y algún apartamentito de renta se quedaron sin nosotros, qué remedio... ¿Pero nuestros sueños?... ¿Donde quedarían nuestros sueños?
La noticia no me alegró en ningún momento, sin embargo debo confesarte, amiga mía, que al enterarme, me sentí como si escuchara una vez más "On the radio": sin ningún dolor o tristeza. Seguramente lo mío no era más que un capricho, como solías decir... Pero lo tuyo, mi "Lady D´arbenville" ** ¿Que fue lo tuyo?
Sobre tu tumba, a la distancia: el perdón, el olvido y una flor.
**Lady D´arbenville es una canción de Cat Stevens cuyo título he tomado para este post.
viernes, 21 de diciembre de 2007
REQUIEM PARA UNA AMANTE
Era mi amiga, comprendía mi sentir y me esperaba en silencio. Con un leve toque sabía si yo estaba triste, o si había llegado alegre, nunca se quejó de nada y se conformaba con tan poquita cosa: sólo unas cuantas caricias.......apenas el roce de mis dedos.
Jamás logré sacar lo mejor de ella, no le di más que penas y desconsuelos, y nunca la sentí tan viva como en aquellos tiempos cuando eran con otro sus amores. Él si sabía como amarla, juntos reían y cantaban. Conmigo siempre lloró, y ahora que puedo cantar alegrías, ya no está más a mi lado.
viernes, 14 de diciembre de 2007
FILOSOFÍA DE VIDA Y OTRAS DIGRECIONES
Seguramente los que suelen quemar incienso a todas las reliquias del santuario de lo establecido, me condenarían a morir en la hoguera por mi terrible atrevimiento a ser “diferente” y por el exotismo de pretender describir tan insolentemente los "efluvios invisibles de mi alma". Y es que, mientras más diferente me ven, mas horror les causa darse cuenta de lo idénticos que somos. Es eso, y no otra cosa, lo que me ha convertido en un ser solitario a quien algunos románticos llaman peyorativamente “vividor de recuerdos, fantasías y sueños”, y otros, con menos poesía y encanto, llaman “desadaptado”.
miércoles, 5 de diciembre de 2007
POR UN SUEÑO
Varias veces visité a mi paisana en la Florida, llevándole desde cartas de su familia, hasta una caja con su pollo frito favorito. Carmen hizo grandes esfuerzos para aprender el idioma, tras años de vivir con el temor a ser deportada se acogió a una amnistía migratoria que le permitió la residencia legal; estudió mientras trabajaba, se casó con otro luchador como ella, obtuvo la ciudadanía, llego a ser administradora de varios hoteles, y un día regresó a Guatemala para llevarse con ella a esos viejitos que jamás desamparó. Carmen hizo lo que parecía imposible; realizó su más grande sueño.
Desde este teclado quiero expresarle mi respeto y admiración a Carmen y a todos aquellos que –parafraseando a Coelho- “tomaron la difícil decisión de abandonar, por un sueño, todo lo que habían obtenido”
martes, 4 de diciembre de 2007
FUE INEVITABLE AMARLA
Un bote de remos y el lago de Amatitlán (en las afueras de ciudad de Guatemala) atestiguaron nuestra primera cita. (fantástica foto tomada a orillas de ese lago, por Villa Sams)
Que preciosa, inteligente y detestable me parecía ella. Se sabía mujer bonita, y como tal se comportaba; su figura, totalmente irresistible, me dejaba literalmente sin aliento; su rostro armonioso y su cabello color de trigo, me irritaban por ser tan bellos; pero eran esos ojos, con su mirada insolente, los que me atemorizaban: algo me decía que si no ponía cuidado iba a quedar irremediablemente atrapado en ellos.
Una noche entre diciembre y año nuevo tomé la decisión de intentar sobrevivir, buscar tierra firme después de mi naufragio, darme la oportunidad de volver a ser feliz...... y pensé en ella. Me atreví a acercarme: la llamé, salimos algunas veces, compartimos nuestras historias, congeniamos, la pase maravillosamente...... me encantó por ser como era y no como la había imaginado. La noche en que nos hicimos novios, más que románticos fuimos honestos en cuanto a lo que sentíamos. Su sí, me llenó de esperanza, a su lado me sentí nuevamente vivo, y al besarla, de mi corazón surgieron tres palabras: “Será inevitable amarla”.
viernes, 23 de noviembre de 2007
MI VECINO EL ESCRITOR
Debo decir que, con mucha curiosidad, leí “El pintor misterioso y otros cuentos”, que, como su nombre lo indica, es una recopilación de cuentos breves cuyo marco referencial es la gente, los campos, las aldeas, los pueblos y el costumbrismo de las pequeñas comunidades del interior de Guatemala. Encontré los relatos de Noe deliciosamente saturados de un sabor a campo, a río, a montaña, a gente de mi tierra; con sus sufrimientos, sus alegrías y con la dicha que tenemos, todos nosotros, de vivir fusionados con el paisaje incomparable de este país maravilloso. Los cuentos que integran este libro escrito por Noe (uno de muchos) han sido ampliamente galardonados en diversos eventos literarios que se desarrollan en Guatemala. Las historias (mitad realidad, mitad ficción) poseen un carácter único, y son, como debe ser la buena literatura, “grandes cosas escritas con palabras sencillas”, su contenido, moral y reflexivo es enorme, y los sentimientos que despiertan sus líneas dan paso a las más bellas emociones.
En unos minutos estaré trepando a mi cansado automóvil para dirigirme a Estanzuela, donde estaré uno o dos días. Cuando logre llegar (en tres horas, aproximadamente), después de dejar la maleta sobre el sillón, cruzaré nuevamente esa callejuela empedrada para tomar una granizada de las que prepara doña Ruby, y para saludar a mi vecino, el escritor, y pedirle encarecidamente que me haga el honor de autografiar el ejemplar que me obsequió de “El pintor misterioso y otros cuentos”.
miércoles, 14 de noviembre de 2007
LA MUERTE DE LOS SUEÑOS
¿Cuántos hemos deseado, en algún momento, que la muerte ponga fin a la pesadilla de la vida de ojos abiertos, y la hemos anhelado; algunos, en una simple actitud expectante; otros, yendo tras ella en un acto, según el cristal con que se mire, lleno de valor, cobardía o irremisible pecado?
Vivir, soñar; morir, despertar. ¿Hay alguna diferencia o son todas distintas caras de la misma realidad?
martes, 6 de noviembre de 2007
TALVEZ VUELVA A LLOVER MAÑANA
Esta vez la lluvia no logró arrancarme el alma, tampoco me ha vencido con su tristeza arrolladora pues en su sonido he llegado a encontrar un canto alegre y en “las gotas que suelen estrellarse en mi corazón para deslizarse en forma de tristezas”, he encontrado una extraña alegría que alimenta mi ser llenándolo de una paz profunda.
La lluvia se ha detenido. El sol ha secado las calles y sus rayos se proyectan llenos de esperanza, atravesando un cielo que se muestra diáfano, Hoy todo los colores brillan.........talvez vuelva a llover mañana.
martes, 9 de octubre de 2007
MÁS LIBRE QUE EL VIENTO
Ella no acudió a la cita, y yo me quedé sentado en lo alto del pequeño montículo que sobresalía en ese descuidado parquecito de Miraflores que llamábamos “el campo escuela”. Aunque jamás fue puntal, ella siempre llegaba, y su ausencia me perturbaba tanto como mis repentinas carestías.
Bizarras imágenes pasaron por mi mente mientras el sol pintarrajeaba un crepúsculo burlón en el cielo, y de toda la música que escuché esa tarde, me quedó grabada en la mente, como si hubiera sido en piedra, la canción de Paul MacCartney, “Band on the run”. Aún me es imposible escuchar esa canción sin sentir una profunda tristeza, pues esa fue la primera vez que vislumbré el fondo sin llegar a tocarlo. Súbitamente había entendido los motivos de su ausencia y de que jamás me permitiera llamarla mi novia; se abrieron ante mis ojos junto a la visión del profundo abismo por el que me estaba despeñando, abismo al que ella, al alejarse de mi, trataba desesperadamente de no arrastrarme.
Por insistencia mía seguimos frecuentándonos por varios meses sin ser formalmente “nada”, pero he de admitir que era muy doloroso ver como se consumía su juventud mientras que yo, recién iniciada mi adolescencia, procuraba cuidarla tanto como me lo permitía el insuficiente tiempo que pasábamos juntos. El gran amor que sentía por ella me hacía capaz de sobrellevar lo que fuera, porque, a pesar de todo, aun en sus peores momentos, Sonia solía ser una chica tan dulce como bella.
Me juraba que el "ácido" la hacia sentirse "Más libre que el viento", pero las lágrimas con que me suplicaba que jamás siguiera su ejemplo me impidieron creerle. Tampoco las lagrimas que vi en su rostro el día que me dijo adiós, en medio de aquel “toque” de la banda de rock “Caballo Loco”, me permitieron dar por verdaderas las palabras que usó para romper mi corazón y alejarse de mí vida definitivamente.
MI QUINTO ABUELO
Qué personaje tan peculiar era ese hombre de rostro anguloso, profundas ojeras, escaso pelo plateado; alto, erguido y gallardo. Coronel de infantería retirado, de mirada noble y modales refinados; místico, reservado, sabio y recatado. No era difícil imaginarlo como un hombre joven, luciendo la guerrera y el precioso sable que permanecían en un armario esperando inútilmente a que el tiempo volviera por sus fueros....... o en su uniforme “Singapur”, calzando charol y portando la Colt 45 del equipo reglamentario.
Qué diferente era, don Marcos Veliz Orellana, de don Julio Abril Valdez, quien enamorado de alguna mujer se fue del hogar un día, dejando solos, aunque no desamparados, a una esposa y cuatro hijos (entre ellos, mi padre), a quienes “Papi” cuidó, educó y amó como si hubieran sido propios.
No puedo recordar el tono de su voz, ni las palabras que usaba en su deliciosa charla, sólo recuerdo su imagen y el cariño que siempre recibí de él. También recuerdo las horas que pasé en la sala de espera del Hospital Militar, sin entender la estúpida restricción que, a mis escasos ocho años, me impidió darle un beso de despedida a “Papi”, ese gran caballero y hombre de honor a quien siempre consideraré mi quinto abuelo.
lunes, 8 de octubre de 2007
CAMINO ROJO
También recuerdo aquellas manos con dorsos morenos y palmas muy blancas, adornadas de arrugas y caricias lejanas, que embellecieron con su anciana ternura la bolsa marrón que, por unos dólares y un beso en la mejilla, se llenó para mí de cariño, de sonrisas francas y de esos deliciosos frutos maduros que mordí con inmenso deleite, sintiendo en mi boca el inolvidable sabor de la bella Alabama.
NARRATIVA DE UN AFFAIRE
Recién hecho y de insuperable aroma, mi café recibe los honores de este pausado romance que, de tanto repetirse, se ha convertido en una solemne liturgia. Su altar, siempre de gruesa y blanca losa, chorrea una gota oscura mientras degusto, reverente, la delicia incomparable del primer acercamiento. Suelo tomarlo muy despacio, dejando que se enfríe lentamente porque, al igual que la mujer amada, que en cada etapa de su vida tiene la gracia sublime de darme un amor diferente, el café cambia de sabor y textura conforme los minutos pasan, regalándome así, una paleta infinita de matices con cada sorbo que doy.
Hoy lo bebo junto a estas boscosas montañas que se protegen del frío enrollándose con el manto blanco que les presta esa nube que se ha caído del cielo. Pero el lugar, aunque hermoso, importa poco. Es el "affaire" lo que cuenta: el gran momento de pasión que vivo entre mi paladar, mi ser interior, mi pluma y mis pensamientos.
sábado, 29 de septiembre de 2007
LEJANÍA
De nuevo estoy frente a la ventana que da a la callejuela empedrada donde está mi casita de pueblo olvidado, escuchando estos retazos de mi vida que, al sonar, me transportan en el tiempo a momentos lejanos y eternos. Desde levante, una suave brisa me ha traído tu aroma, refrescando esta noche en que no estás conmigo. El farol de la esquina ha visto a mi corazón huyendo; ya no está aquí metido en mi pecho, porque se ha revelado contra este sentimiento y se ha vuelto a casa para encontrarse contigo.
La gente que estaba afuera, sentada al fresco, hablando de cosas y recordando otros tiempos, se ha resguardado mientras que yo he salido, porque ha comenzado a llover y caen goterones fríos que recibo con la mirada al cielo y los brazos extendidos al viento. Mi camisa empapada es tu abrazo, y cada gota en mi rostro es un beso que viene de tu alma y me acaricia en medio de este suave murmullo que, poco a poco, se va haciendo más fuerte hasta convertirse en lamento. Un lamento que no acallará mientras no te tenga nuevamente a mi lado.
DESPERTAR DE CADA DÍA
A tientas jabón y toalla; a tientas rasuradora, peine y cepillo de dientes. A tientas moldear la apariencia; vestirme con la ropa que he dejado preparada, y a tientas atarme los zapatos. A tientas me escurro por la penumbra. Así es como lo prefiero, así es como a mí me gusta: a oscuras, sin despertarla a ella, sin emitir sonido y casi sin dejar rastro.
Paso por el portal y salgo a la soledad de la calle como si fuera un fantasma. Nadie me mira subir al automóvil y sólo los celadores trasnochados que fingen cuidarnos desde su atalaya, me ven dirigirme a ese río de luces rojas, blancas y amarillas de autos ocupados por gente absorta en sus pensamientos. Miradas furtivas de ventanilla a ventanilla que se interrumpen cortantes, sin un gesto, sin un saludo, como si no existiéramos. Nadie quiere salir de la sombra, ni imaginar la historia del otro. Nadie quiere que amanezca, todos queremos seguir soñando, y muchos quisieran seguir durmiendo.
viernes, 21 de septiembre de 2007
JUNTO A MIS CENIZAS
De pie frente a ese escaparate en cuyo interior se aprecia el premio "Miguel Ángel Asturias" (el más alto honor literario que esta patria mía concede a los hijos de las letras), y tres ejemplares de sendos libros publicados por el insigne literato, que han sido colocados en forma primorosa y sobre los que se han dejado, como silentes testigos de tanta belleza escrita, las gafas que don Mario usaba en vida, me parece increíble que, si me decido a hacer el estipendio, mis despojos mortales pudieran codearse algún día, al menos en espacio físico, con una persona a quien admiro tanto; pero al ver ese pequeño altar que en su honor se ha creado, me pregunto: ¿Con qué objetos me gustaría que se acompañaran mis cenizas para que, los que los vieran, se formaran la mejor idea de mi persona?....... ¿Premios y reconocimientos? ¿Fotografías de momentos de gloria? ¿Textos publicados, escritos por mí (si los hubiera)? ¿Imágenes de mis proyectos construidos?
Lo he pensado y he llegado a la rápida conclusión de que si han de colocar un libro junto a mis cenizas, que sea mi vieja Biblia, que es el libro que más veces he leído y en el que he encontrado sabiduría y consuelo en mis momentos más oscuros. Y si quieren colocar otras cosas, que dejen junto mi urna algunas fotografías. Que sean, todas ellas, de las personas que amo: mi esposa, mis padres, mis hijos, mis abuelos........ y, por favor, que por ningún motivo falte uno solo de mis queridos amigos................ Otra cosa junto a mis cenizas, no quiero.
LALA
Cuando llegaba a verla me convidaba sin falta a su mesa de sillas desiguales, y me alimentaba irremediablemente con huevos más que fritos, o carne algo quemada, pan recalentado, café del malo, y talvez un trago de brandy, vino barato, o ron. No me importaba que viviera en un barrio pobre, o que su apartamentito de un sólo ambiente mostrara ese desorden tan desconcertante. Tampoco me importaba el polvo amontonado en la maquina de coser que, olvidada en un rincón, contaba pasadas historias de remiendos, vestidos ajenos y noches desveladas, o el mazo de cartas con el que, según yo, la señora se ganaba unos centavos extras embaucando a sus vecinas, prediciéndoles la buena y la mala fortuna, por lo que una noche que la encontré leyendo a solas la baraja, cariñosamente la traté de farsante; minutos después, en un momento mágico, mi pasado, presente y futuro convergían sobre la mesa, sin haber tomado, todavía, su lugar definitivo en espacio y tiempo: junto a mi “yo” de cartón, la imagen de una buena mujer lloraba; la de una mala mujer reía, y la de una bella mujer dorada, lucía en su cabeza la corona del triunfo. Vi mi vida reflejarse entre espadas, oros, copas y vastos, y ofrecí mis disculpas a esa gran señora. Más que respeto, esa noche empecé a sentir miedo de esos naipes viejos.
Mi abuela Lala heredó todas sus propiedades a mi madre y sus hermanos; al resto de su familia no le dejó nada, excepto a mí, pues, al ser el único interesado, recibí de ella palabras dulces, miradas amorosas, mimos, cariños, momentos incomparables y una baraja española. Ella fue la preferida de mis cuatro abuelos, y yo, el preferido de sus once nietos.
PARIAS QUERIDOS
La fiesta para celebrar el doble cumpleaños se programó para el 16 de mayo de 1974, a las 3:00 de la tarde, hora ideal para que todos pudiéramos pasarla bien por un buen rato y regresar a casa antes de tener problemas. El lugar escogido, la casa de Eddy H. estaba en el barrio Carabanchel, cuyas calles se habían convertido en el escenario del lado oscuro de mi tierna adolescencia.
Las invitaciones se hicieron muy selectivamente; a la mayoría de asistentes los recuerdo someramente, pero de los siete alumnos del colegio “José Antonio Larrazabal” que asistieron (incluyéndome), me acuerdo perfectamente: Salvador M. que tenía evidente vocación químico farmacéutica, pues conocía los principios activos y las composiciones de todo el botiquín que siempre llevaba con sigo; Ligia V. una buena amiga mía, mujer muy atractiva que era capaz de vender hasta el uniforme con tal de tener capital suficiente para sus necesidades urgentes; Edgar G. un aparente hipocondríaco, que sin padecer enfermedad alguna, decía necesitar media docena de píldoras al día para no descomponerse; Luis Felípe L, un niño de apenas 12 años (pero tan kilometrado como si tuviera 20), infaltable en ese tipo de actividades por ser poseedor de grandes dotes empresariales, tanto que a su corta edad manejaba una impresionante cartera de clientes. Por supuesto, también estaba el anfitrión Eddy H (mi mejor amigo en aquella época), quien por su incursión en las religiones orientales, practicaba el vegetarianismo y mostraba gran preferencia por la ingesta de hongos, el consumo (por incineración) de ciertas yerbas y por la música de Ravy Shankar. Y también estuvimos presentes, claro está, los festejados, Sonia F. (my puppy love) y yo.
La música escogida para el evento no podía ser más apropiada: Grand Funk Railroad, Lead Zeppelin, Deep Purple, Black Sabath, The Guess who, The Who y algunas clásicas extraídas del mismísimo festival de Woodstock. El ambiente, aunque bastante pesado, era alegre y despreocupado, de esos donde todos se siente muy a gusto, y nadie desea que se rompa el quorum.
A las once de la noche, tres horas después del vencimiento de mi salvoconducto, llegué a casa en una motocicleta “Norton” que me prestó mi buen amigo Eddy. La reprimenda paterna fue apoteósica, pero no demeritó en nada la emoción de haber asistido a esa fiesta y haber departido con aquel grupo tan poco afortunado: Edgar G. (el hipocondríaco), falleció dos semanas después por una sobredosis de heroína; Ligia V, (la comerciante), se dedicó a vender el cuerpo, porque la venta de sus libros, sus uniformes, los prestamos que conseguía y algunos hurtos que hacía, ya no daban para sostener el vicio, y, hasta donde yo sé, nunca pudo salir de la adicción, ni del comercio; Luís Felipe L. (el infantil y brillante empresario), fue asesinado a los 14 años, frente a su casa, por los “pushers” de Kaminal Juyú (mi barrio), que no estaban dispuestos a compartir su territorio; Eddy H. (mi amigo “vegetariano”), murió drogado, cabalísticamente un año después, al estrellar su motocicleta contra una pared, en el barrio Miraflores; Salvador M. es, actualmente, un prófugo de la justicia, se le busca por haber traicionado su vocación de químico farmacéutico al adoptar la identidad de un párroco español, y estafar a un buen número de incautos. De Sonia F. (my puppy love) no volví a saber nada, sin embargo, por la vida que llevaba, no creo que aún esté viva.
EL RESUMEN DE UN HOMBRE VIEJO
No he encontrado mejor forma de resumir a mi abuelo que describir el espacio que consumía, y enumerar las cosas que poseía .............porque también eran su vida.
OLOR A SAL
El almuerzo tampoco era gran consuelo: arroz mazudo, frijoles negros cocidos y tortillas tiesas, recalentadas con fuego de leña, y para mojar la garganta, solvente universal recién sacado del pozo artesano: agua turbia que disfrazábamos con jugo de limón, azúcar, y un profiláctico chorrete de aguardiente.
Al final de la jornada se obligaba un buen baño en el río, y un cambio de ropa para después acelerar levantando polvo por los campos sembrados de algodón, siguiendo la puesta de sol rumbo a las viejas salinas, a la casa de Tío Chano, procurando estar puntual para la cena, en nada diferente al almuerzo excepto por el café instantáneo servido en pocillo de peltre, y después, cumplidos todos los protocolos, trepar de nuevo al 4 X 4 para ir hasta la tienda de la Munda, en la aldea más cercana, y cargar a mi cuenta corriente al menos cuatro de aquellas inolvidables granizadas con jarabe de leche que solía tomar con inmenso deleite. Más tarde, después de recorrer de regreso aquel caminito paralelo a la playa, era mi placer pasar unas horas platicando con mi tío Chano, sentados ambos en un tablón, fumando un cigarrillo, viendo la multitud de estrellas brillando en el cielo, oyendo las olas rompiendo con fuerza en la playa y respirando la brisa marina que trae el olor de la sal.
Qué razón tenía Hemingway cuando dijo que “El hombre que ha empezado a vivir seriamente por dentro, empieza a vivir más sencillamente por fuera"
EL INDIO TABIKE
Cincelado en piedra el rostro, surcada por mil arrugas la piel; indio descalzo, complexión de roca y frente de buey. A mecapal, mercader del barro, de palabras cortas y estirpe de rey. Cien años de edad, Tabike, solemne confesaba, hincada la rodilla en tierra, sombrero al pecho y al cielo la mirada.
Al encontrarnos por los caminos, a mi nombre propio jamás llamó. Un vocablo extraño fue el que siempre, con migo, uso; lengua de ancestral pueblo, fonema Chortí irrepetible, palabra con que una vez me bautizó, y cuya traducción castiza: ”GRAN AMIGO”, hoy repito a mucha honra, y escribo con el mayor orgullo.
jueves, 20 de septiembre de 2007
FELIZ DÍA, PAPITO
Mi relación con él siempre ralló entre lo tenso y lo explosivo; 15 minutos era el tiempo record que marcaba la diferencia entre un saludo y la guerra campal; ”Demasiado diferentes” era mi explicación postulada; ”Demasiado iguales” es la razón que hoy descubro.
Hombre del aire, militar hasta el hueso y portador del gen maligno -y por desgracia hereditario- de la dificultad extrema para expresar sentimientos, el viejo no tuvo otra forma de mostrar su inmenso amor hacia su único hijo, que esforzase para asegurarme el futuro, y proveer para lo que, alguna vez, fue mi presente.
Aquella calurosa y solitaria noche de hotel minimalista, en el que sin nadie saberlo, sería su último día del padre, tomé el teléfono y a larga distancia obligue las sencillas palabras que, desde adolescente, mi boca se negaba a pronunciar: “feliz día papito.....Te amo”. Por respuesta: un breve silencio seguido de un sollozo ahogado y, luego, mezclado con llanto incontenible, el “te amo con todo mi corazón, hijo mío” que jamás, de él, había escuchado.
Juro que fue el 5 de septiembre, en soledad y en el mismo cuarto de hotel, cuando escuché las palabras: ¿Estas preparado para su partida?....... A pesar de la impresión, mi respuesta fue tan espontánea como serena: “Sí.......ahora sé que lo estoy”. Cuatro días después lo abracé muy fuerte, le di un beso en la frente, cerré sus ojos, y aun sintiendo en mi pecho su último suspiro le dije: ”Te amo, papito.......... hasta pronto”
"UNA HABITUAL MAÑANA GRIS"
La melancolía que, en esos días en que cielos grises y lluvia fría, suele salir de su confinamiento para respirarse en la atmósfera y sentirse en los huesos, no quiere ahogarse en la taza de café que bebo de prisa, antes de salir de casa; pero no se irá con migo, porque esta vez no me sale de ningún lado llevarla.
Víctor Hugo dijo que “La melancolía es la felicidad de estar triste”. No dudo que, de tristezas y melancolías el hombre sabía mucho, pero de felicidades, parece que sabía muy poco.
ALGIA DE PECHO
Sufriendo tan desconcertantes síntomas, una mañana de marzo del 74, me senté en mi lugar secreto para hacer el inútil esfuerzo de estudiar alguna materia, y mientras mi mente se escapaba sin control por las veredas donde mi alma transitaba, en un pedazo llano de la corteza de mi querido árbol, escribí con un bolígrafo barato el nombre de ella.....lo hice poniendo todo mi sentimiento en cada letra; también gravé en mi mente la idea de que esa tinta, sólo se desvanecería el día en que mi amor por “My Puppy Love” llegará a su fin, pero corazón adentro, deseaba con todas mis fuerzas que eso no ocurriera nunca. Invariables ante las lluvias de un par de inviernos y algunos romances intranscendentes, tinta y sentimiento permanecieron tan vivos, aferrados a la corteza de un árbol centenario y a un alma fuerte que se negaba a olvidar a una mujer que era tan libre como el viento.
Sin embargo, recuerdo la sorpresa que me causó, en abril de 1976, llegar al lugar que por años fue el refugio de mi alma, para descubrir que la tinta con que escribí aquellas letras había desaparecido para siempre.......y que coincidencia: también aquellos extraños síntomas habían sido reemplazados por otros muy parecidos. Benjamín Disraeli dijo: "La magia del primer amor consiste en nuestra ignorancia de que pueda tener fin". A mi vida habían llegado nuevas canciones; otro nombre y otro rostro habían ocupado (inmerecidamente y en mala hora), ese lugar tan exclusivo en mi alma y corazón.
ENANOS DORMIDOS
Yo, más loco que músico o poeta, encuentro que cada sentimiento esgrime su propia espada, a veces sus hojas son frías y poco afiladas, otras son cálidas y cortan con gran suavidad y dulzura. Como le ha sucedido a cualquiera, mil espadas han atravesado mi alma; algunas lo han hecho varias veces, pero ninguna tantas como la tristeza. Su acero es helado y su sabor amargo; se desliza lentamente, desgarrando cada fibra y se fragmenta en mil pedazos mientras penetra, haciendo virtualmente imposible su extracción completa.
Las heridas sanan exteriormente, pero cada pedazo que ha quedado adentro permanece dormido, esperando su momento para castigar la entraña. Basta una canción, un recuerdo y a veces solamente una palabra para que el enano dormido se convierta en un “gigante despierto”. También comparo la tristeza con una enfermedad recurrente, y conozco muy bien su cura: otro sentimiento, uno diferente y nuevo.......otra espada enterrada en el alma.
Lo dicho: ni músico, ni poeta, pero de algunas cosas creo saber un poco.
INCERTIDUMBRE
Amanece y estoy sentado frente a mi escritorio esperando una llamada que podría no producirse hoy, ni mañana. Parece cosa rutinaria, algo de todos los días, pero no lo es: no estoy en la oficina, ni en mi estudio, sino en la casa que hace más de medio año renté en Estanzuela. El sol brilla radiante y entra por la ventana. Después de una noche de lluvia el cielo se muestra limpio, vestido de un azul intenso, y yo estoy aquí, desvelado, ahogándome en esta incertidumbre: un nuevo giro, de esos que dan vértigo, se vislumbra para mi vida: dejar este lugar y volver a la ciudad capital inmediata e indefinidamente, posponer mis planes, improvisar unos nuevos, adaptarme por enésima vez a las circunstancias emergentes. También podría suceder que tenga que seguir aquí, en esta soledad y tan lejos de los que amo, o que quede libre para emprender lo mío, y creo que a eso es a lo que más le temo, a dejar la estabilidad, a cambiar tan abruptamente.
Anoche no me sentí como ese “Superman” que alguna vez creyó ver, en mí, mi hijo José Rodrigo (Trukis en Libro de Arena”), y en esa llamada que siempre recibo de mi esposa, una vez dicho lo cotidiano, lo dulce y lo rutinario, no pude colgar a la primera: le rogué a Patricia que no se despidiera, que permaneciera al habla por un poquito más de tiempo. Necesitaba su fuerza, necesitaba sentir y creer que, suceda lo que suceda, nada cambiará entre nosotros. Anoche -como si no lo supiera de sobra-, necesitaba confirmar que soy amado y que no estoy a la deriva, solitario en este mar de incertidumbre.
Guatemala, 26 de junio del 2007
miércoles, 19 de septiembre de 2007
20 y 13
Algunas de esas noches fueron tristes: la decadencia del rock y el fin de la era de acuario nos partían el alma, sin embargo eran los amores juveniles, que no pasaban de largo sin darnos antes un buen zarpazo, los que golpeaban más duro la entraña. Cuando el sufrimiento arremetía contra alguno, permanecíamos leales y solidarios: nada de rock, y nada de bromas, y por respeto al doliente, solamente escuchábamos canciones como la “cortavenas” de Dany Daniel: “Por el amor de una mujer”, o cualquier otra de similar calaña.
Fernando y Sergio se casaron con sus “amores del alma” y siguen viviendo en el barrio; eventualmente nos cruzamos por la calle, cuando visito a mi madre. Fernando se divorció, pero parece irle bien con la venta de autos usados, negocio con el que adquirió un poco de “mala fama”. Sergio se dejó venir de Houston, para heredar el almacén que su madre, después de enviudar, logró levantar a pulso. Ninguno de los dos es lo que solía ser –sin duda yo tampoco lo soy- Fernando se ha convertido en un personaje esquivo y siniestro, y Sergio se olvidó de aquella tiendita de barrio que sus padres tenían, donde, aún siendo niños, los tres nos hicimos compinches ajustando monedas para comprar helados o intercambiando estampitas para completar algún albume.
ESCRIBIR UN LIBRO, TENER UN HIJO Y SEMBRAR UN ÁRBOL
Apenas medía dos palmos cuando lo llevé a casa, protegida su cofia por una pequeña bolsa negra llena de tierra. Lo planté en el lugar más privilegiado del jardín al que mi esposa y yo dimos forma, en la casa que recién habíamos comprado. Supongo que su raíz logró introducirse en alguna cañería, porque en pocos años, de pequeño piloncillo pasó a ser un verdadero gigante: siempre hermoso, siempre verde, siempre vivo, siempre dueño de su entorno; protegiendo nuestro hogar con sus frondosas ramas que han llegado a dar albergue a docenas de pájaros que nos hacen la vida alegre, anunciando el anochecer y despertándonos cada mañana con su algarabía llena de trinos y gorjeos.......y dándonos la lata con sus travesuras y pleitos.
En muchas formas ese árbol ha traído vida a nuestra casa: nos ha brindado a Patricia y a mí, tardes y mañanas placenteras y también nos ha acompañado en esos momentos que no podemos recordar como gratos. Era preocupante verlo crecer más allá de toda expectativa, por lo que hice lo posible por detenerlo mientras seguía buscando profundidades y alturas, porque sus raíces no sólo han desnivelado el piso de los caminitos que rodean el jardín, destruido el lugar que construí para hacer fogatas (y que jamás utilicé), dejando fuera de plomo el muro de contención del garaje y roto un tubo de agua que abastece la lavandería, también se han metido en nuestros corazones, de donde nada se ha podido hacer para sacarlas.
Mi esposa y yo, sin ser “eco-histéricos”, hubiéramos hecho cualquier cosa por salvarle la vida a ese árbol, pero su sentencia de muerte ha llegado firmada por nuestros vecinos, a quienes los pájaros que tanto alegran lo nuestro, hacen estragos en sus casas, dejando caer desde el cielo sus “bendiciones” sobre sus recién estrenados autos, manchando sus aceras, sus portones, sus ventanas, su ropa tendida al sol......y a alguno de ellos, dejándole un mal recuerdo en la camisa...... y otro más feo en la calva.
El domingo pasado me levanté a media noche y salí al jardín para contemplar su belleza, y para constatar, con un nudo en la garganta, que ni la luz de la luna, ni la del sol, como tampoco la lluvia o el sonido del viento volverán a ser lo mismo sobre nuestra casa; ya no querré tomar el desayuno, ni leer un libro, o simplemente meditar viendo la puesta del sol tras las montañas y volcanes desde mi lugar favorito, ese espacio verde que, sin el árbol, jamás volverá a ser lo mismo.
"LOS COMPADEZCO"
Hoy he querido tomar el almuerzo en la cafetería de la Escuela de Agricultura de Nororiente, en La Fragua, Zacapa, institución que colinda y tiene relación directa con el Instituto Tecnológico de Nororiente, proyecto en cuya construcción trabajo. Mientras me alimento veo a los jovencitos de ambos sexos vestidos con blue jeans, camisas blancas, botas tejanas y sombreros a lo cowboy; escucho sus ingeniosas bromas y veo sus movimientos gráciles y esbeltos, limpios como de gato, y los envidio por ser jóvenes, porque tienen la vida entera por delante y porque no saben de gotas reumáticas, de vistas cansadas, de lumbagos, ni de diabetes. Los envidio porque están en ese momento de la vida en que todo parece posible y en el que se tiene lo necesario para alcanzar el cielo. .......aunque también los compadezco un poco.
Los compadezco porque aún tienen que pasarse este y muchos días atendiendo las tediosas disertaciones de sus maestros; los compadezco porque a sus 16 o 17 benditos años, aún tienen que sujetarse a sus mayores, y porque, además de no cargar más que unas pocas monedas en los bolsillos, les queda mucho trabajo y desvelo para llegar a tener sus vidas resueltas, y los compadezco, especialmente, por los sufrimientos que aún les quedan por vivir. Sin embargo, cuando veo sus rostros pletóricos de vida y sus ojos llenos de luz, y escucho sus carcajadas saturando el ambiente de alegría, me doy cuenta de que, en realidad, no los compadezco tanto.
RAICES AL AIRE
Además, aunque al llegar a casa disfruto cambiando los refrescos instantáneos y la bazofia cocinada por propia mano con que suelo envenenarme cuando estoy en el pintoresco pueblo donde trabajo, por buenos tintos, blancos y rosados, deliciosas cenas en restaurantes y ricos almuerzos preparados por esposa o madre; también cambio sacrílegamente al Sr. K de Franz Kafka por “Los hombres de Paco” de Antena 3, y al Zaratustra de Nietszche por Los Simpson de la cadena FOX, cosa que, aunque divierte no tiene perdón de Dios, por cuanto llora sangre.
Por tanto, he de seguir viviendo solitario, trabajando, escribiendo y devorando libros en esta tierra: Zacapa, que aunque está a sólo tres horas por carretera de casa, se siente terriblemente lejana, no obstante, seguiré procurando no elevar mucho mis ramas al cielo, a fin de que mis raíces permanezcan superficiales y puedan alimentarse en cualquiera de los dos suelos.
MINUTOS DE VIDA
Pero no es de Jr. Zapata que deseo reflexionar hoy, sino de una nota que, después de escuchar ese programa, escribí en mi agenda del 2005, en uno de los espacios que dedico para apuntar las cosas que aprendo cada día:
“La vida debe ser algo excitante; dormir debe ser, para mí, como lo era cuando niño: interrumpir molestamente la excitación de la vida, y no el alivio momentáneo del agobio diario”.
Días después, tuve la oportunidad de hacerle un par de preguntas a Jr. con respecto a los pensamientos expresados por él en ese programa radial, Su respuestas fueron simples: Estuve a punto de morir por un cáncer de estómago –dijo él-, pero con la ayuda de Dios salí adelante; desde entonces, duermo lo menos posible, suelo acostarme tan tarde como pueda, y me levanto en mitad de la noche para contemplar por largo rato a mi esposa y a mi hija mientras duermen; cada madrugada estoy ansioso por emprender el nuevo día para dedicarme, con pasión, a lo que amo, porque no quiero desperdiciar ni un sólo minuto de esa vida que, no sé por cuanto tiempo, me han prestado.
AUTORETRATO
Lo que miro de mí mismo, cuando me calzo de honestidad, no me causa asombro alguno y, la verdad, ninguna descripción que venga de labio ajeno, por crematística que sea, se sale de mi inventario, pues, por propia mano, en alguna parte escrito está: “He viajado por los confines de mi ser interior y he visto lo que hay en mis entrañas”. Sé quien soy, y sé que no necesito encontrarme, sino perderme, hacerme de nuevo en un recycling a ecológica usanza, porque he tenido la fortuna de contemplar con el alma misma los bloques de ilusiones y realidades con que se ha construido mi vida, así como el mortero de “cal y arena”, sinónima argamasa del bien y el mal con que, en hiladas de soga y canto, ha sido colocado en su lugar cada uno de ellos. También he visto las manos que han levantado tan irregular mampostería: en los tramos perfectos, estas han sido divinas, en los maltrechos....!Qué sorpresa¡ Mis manos se reconocen a leguas.
No soy mejor que nadie, y en lo único que soy diferente es en que soy idéntico, y si ha menester pintar mi propio retrato, sin reservas hundiré mis pinceles en sincretismo, eclecticismo y liberalismo......y mi brocha gorda en estúpido romanticismo, que es el ocre color de mi perdición eterna. Habilidosamente bosquejaré a lápiz y esfuminos, a mano alzada y de memoria, la estampa del hombre glotón y vicioso de letras, vino, tabaco, café y amores necios que soy, y le aplicaré un efecto de profundidad a ese lienzo, con una degradación coloreada por esa soledad que, a fuerza de costumbre, hice mi amante desde niño, y que ha permanecido con migo sin importar con quien haya compartido un simple beso, la cama, o la vida.
Y para rematar tan regia obra, nada mejor que un poco de brillo transparente que logre matizar esa idiotez que me permite tomar con cierta ligereza la vida, y hacer, sin miedo, “lo más peligroso de todo, que es vivirla”....... Porque, aunque el mundo se esté cayendo, y la cosas a mi alrededor estén la mar de jodidas, he aprendido a sentir esa vida poro a poro, y a disfrutarla como quien cuenta sus últimos días.
viernes, 14 de septiembre de 2007
PÁGINAS EN BLANCO
Qué habitual se está haciendo esto: abro la laptop, escojo, en el reproductor de Windows Media, una lista que he titulado “música para trabajar”; minimizo, abro Word, y me quedo estático ante este “nuevo documento en blanco”. Durante casi dos años he escrito incesantemente; prácticamente a diario mi alma se ha derramado sobre estas teclas: cuitas, gemidos, introspecciones, vivencias, aventuras, sueños, digresiones, protestas y desilusiones saturaron mi página en Blogger y colmaron el espacio disponible en mi memory stick, ocupando cada Bit.
Hoy, como otras veces, deseo escribir; quiero publicar un post esta semana, pero nada fluye mientras el cursor titila. Me aterroriza pensar que sólo la tristeza, la melancolía, el dolor y la rabia tienen algo que decir; me espanta pensar que la tranquilidad y felicidad son silentes, y que el alma atormentada sea la única fuerza que empuja a ciertos “escribientes” aficionados, como yo. Y es que, aunque las cosas en el trabajo marchan terriblemente y estoy lejos de casa, viviendo solitario en un cuchitril (a decir de otros y a voluntad propia), sofocado en este desierto florecido a fuerza de riego por goteo, me siento amado por ella, y, aunque mi vida no está exenta de problemas, tener en mi haber su amor, hace que mi existencia sea prácticamente perfecta.